El edificio de los baños públicos de estilo neo-bizantino se construyó en 1913 en el mismo lugar de los antiguos baños romanos. Situado precisamente sobre la fuente, el edificio no dispone de calefacción ni para el agua, ni para el propio edificio, sino se usaba el calor propio del agua para este fin. En la época, disponía de una piscina grande y cuatro más pequeñas. Con la modernización de las viviendas privadas, los baños han ido perdiendo poco a poco sus clientes hasta llegar a su cierre definitivo al público. Sin embargo mucha gente hoy en día recoge agua de sus fuentes todos los días, ya que el agua tiene muchas cualidades medicinales.
Desde la antigüedad la ciudad es famosa por sus manantiales de aguas minerales calientes y frías. En la actualidad, en la llanura de Sofía hay más de 40 fuentes de agua mineral, agrupadas en torno a 8 campos con un caudal total de 550 litros por segundo y una temperatura de 45° C a 60°C.
En la actualidad se está ejecutando un proyecto que una vez terminado Los baños minerales de Sofía albergarán el nuevo museo de la historia de Sofía y un centro SPA de lujo.