La Iglesia Rusa, llamada también la Iglesia de San Nicolás o la Iglesia de los Estudiantes, forma parte de los lugares de cultos más bonitos de la capital rumana. Es a principios del siglo pasado, cuando el embajador de Rusia en Bucarest decidió su construcción para facilitar un lugar religioso al personal de las administraciones rusas en Rumania.
Con sus pequeñas torretas típicas de la arquitectura rusa, la iglesia destaca sobre las iglecias rumanas en su proximidad, construidas generalmente en estilos bizantinos. Los frescos en su interior del pintor Vasiliev, realizados en estilo de pintura específica del Monte Athos, son los que más destacan, mientras que el iconostasio es una copia del de la Catedral del Arcángel San Migu el de Moscú.