A raíz de los distintos ataques turcos y tártaros a principios de la Edad Media en Transilvania, las autoridades de Brasov decidieron construir una fortaleza de protección de la ciudad. Así a finales del s. XIV fue construida, cercando la mayor parte de los barrios ubicados al pie del monte de Tampa. La muralla tenías unas medidas imponentes (una altura de 12 metros, el grosor en diferentes partes llegaba a superar los 2 metros) y hacía de Brasov una de las ciudades mejor protegidas de Transilvania.
La construcción y la vigilancia de los bastiones se concedieron a distintas compañías profesionales de la ciudad. Estos bastiones son por otra parte, los principales vestigios de la antigua fortificación, cuyas murallas fueron destruidas o entremezcladas con los edificios de construcción nueva. Sin embargo, se pueden apreciar: el Bastión del Tisserands (Bastionul Tesatorilor) o el Bastión de los Negociadores (Bastionul Postavarilor) que son entre los mejor conservados, las Puertas Ecaterina y la de Schei, así como varias torres de vigilancia, como la Torre Blanca. Vestigios de las murallas de la fortificación antigua, se pueden observar también a los pies del monte de Tampa.