Construido entre 1912-1939, según el proyecto del arquitecto Nicolae Ghica-Budesti, en el estilo característico de la escuela rumana de arquitectura del período de entre dos guerras, el edificio se adaptó para convertirse en museo etnográfico hace una quincena de años. Forma parte de la familia de los museos de artes y tradiciones populares.
Las salas grandes en fila presentan la vida rural, según una visión moderna y artística. El aficionado al arte encontrará una pared cubierta de jarrones de barros de todas las formas, con decenas de motivos decorativos, que, más allá de la evolución de la alfarería rumana, constituye una fantástica obra de arte en sí, compuesta de platos de barro. Deben conocer también de las imágenes religiosas, los trajes tradicionales, los objetos bordados, tapices y alfombras, ornamentos y accesorios de vestimentas.