Desde el saqueo de la ciudad por los Tártaros en 1241, Sibiu no ha dejado de reforzar su sistema defensivo hasta el siglo XV. En esta época las murallas fortificadas cercaban una gran parte del centro actual, haciendo así de Sibiu la ciudad mejor fortificada de Transilvania con una superficie amurallada igual a la de la ciudad de Viena. La primera muralla cercaba solamente la actual plaza de Huet mientras que las siguientes incluían sucesivamente la Plaza Pequeña, la Ciudad Alta y al final la Ciudad Baja, pasando cerca del río Cibin. Desde entonces los restos más visibles de estas fortificaciones se encuentran en el Parque de la Ciudad (Parcul Cetatii) en el sur de la ciudad. Allí se pueden ver torres de la ciudad antigua (que contaba con 39 en la época) cada una de ellas estaba vinculada con un oficio en especial (tejedores, alfareros, carpinteros,…) que tenían a su cargo una parte de la defensa de la ciudad.