El edificio romano de los mosaicos (Edificiul Roman cu Mozaic) es considerado por muchos como la joya arqueológica de la ciudad de Constanta.
Creado en el s. VI, durante el reinado del Emperador Constantino el Grande, este edificio era una instalación portuaria que comunicaba el puerto y la ciudad antigua. Las distintas salas del edificio se dedicaban a las actividades comerciales y al almacenamiento de las mercancías. La sala del mosaico acogía por su parte las reuniones de negocios entre los comerciantes y las autoridades locales de la época. De los 2.000 m ² cubiertos de mosaicos inicialmente, hoy en día se conservan sólo 850.