El Faro Genovés no es el más conocido de los monumentos de esta ciudad, pero es una ilustración de la historia de Constanta y su vínculo con el mar.
Fue construido por comerciantes genoveses en el s. XIII y es un edificio de 16 metros. Muy dañado con el paso del tiempo, fue restaurado bajo la supervisión del arquitecto francés Artin Aslan a mediados del siglo XIX y está en funcionamiento hasta 1913.
Existen muchas incógnitas sobre el origen de este faro y su fecha de construcción. Algunas fuentes mencionan, por ejemplo, que se habría denominado así en homenaje de los genoveses de Constanta, pero sin que ellos hayan participado en su construcción.