Esta construcción es otra huella impresionante, dejada por los colonos sajones de Transilvania durante la Edad Media. Desde entonces, es raro ver poblaciones alemanas en la región, pero su arquitectura continua adornando el paisaje local. Contrariamente a otras ciudades de la región, Calnic no está construida a lo alto de una colina, sino a la ribera del río, en el centro del pueblo de Calnic.
El sistema de defensa, desarrollado poco después de una invasión turca, incluye dos murallas de cerco, dos torres, un bastión, así como una zanja exterior llena de agua. Este último es el único elemento que desaparece. Detrás de las murallas de fortificación, los turistas apreciarán una capilla, así como un torreón.
Con el paso de los siglos, esta fortaleza cayó en ruinas y fue restaurada en los años 60 del s. XX. Estos trabajos salvaron esta construcción, ya que desde entonces fue incluida en la lista de patrimonio cultural de la UNESCO y por lo tanto goza de una protección.